Un joven emprendedor israelí

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Victoria Antebi

En 1962, mientras el gobierno del presidente panameño Roberto F. Chiari, junto con su contraparte estadounidense, lograba redactar un acuerdo que permitiría a Panamá izar su bandera por primera vez en la antigua Zona del Canal, un joven israelí lleno de sueños y esperanzas llegaba al suelo istmeño.

Era el mayor de sus hermanos. Su madre, temerosa de enviar a su primogénito al ejército israelí, vio una oportunidad cuando su hermano Henry Tawachi le ofreció llevar al joven a Panamá. Su tío se encargaría de cuidarlo y brindarle oportunidades tanto económicas como educativas.

Joseph Eshkenazi, con tan solo 15 años y lleno de emoción, fue trasladado a Panamá por sus padres y recibió una cálida bienvenida de su tío. Joseph viajó de un continente a otro sin conocer una palabra de español. Al llegar, se le ofreció la oportunidad de trabajar junto a su tío en su empresa de calzado, que contaba con una fábrica y un almacén. Estas labores no solo le permitieron ganarse la vida honradamente, sino también adaptarse a una nueva cultura y estilo de vida.

Esta experiencia marcó el inicio de una transformación profunda en la vida de Joseph, quien, con determinación y esfuerzo, superó los desafíos lingüísticos y laborales para labrarse un camino hacia un futuro prometedor en su nuevo hogar.

Joseph vivió con su tío durante dos años, y luego se mudó a una vivienda compartida con un primo mayor. Al observar los logros de Joseph en tierras panameñas, su familia decidió que Marcos, el segundo de los hijos, se uniera a su hermano mayor en Centroamérica.

Una vez en Panamá, Marcos consiguió empleo como vendedor. Con el paso de los años, Joseph y Marcos fundaron una empresa dedicada a la confección de ropa femenina, que prosperó exitosamente. Poco a poco, expandieron sus horizontes al iniciar diversos negocios. A medida que los otros hermanos se reunieron en Panamá, se forjaron asociaciones con distintas personas, lo que culminó en la formación de compañías que, hasta el día de hoy, han prevalecido.

Gracias al éxito de sus empresas, los hermanos y sus descendientes han contribuido significativamente al crecimiento económico del país que les brindó la oportunidad de sus vidas. Esta familia ha creado numerosos empleos, ayudando a muchas otras familias panameñas a progresar, y ha fortalecido la economía del Istmo.

Su más reciente emprendimiento, el Puerto de Cruceros en la provincia de Colón, ha destacado a nivel nacional por su gran aporte a la sociedad.

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